Oficialmente con esta publicación cerramos nuestra experiencia en la quinta edición del Festival de Cine Hecho en RD, que trajo consigo casi 20 largometrajes que fueron grabados con la Ley de Cine 108-10.
Es un festival de una semana que resalta “lo mejor” de lo mejor del cine dominicano, aquel que viaja a festivales internacionales, participa en competencias, es merecedor de galardones y el que conquista otros mercados a través de las coproducciones.
Desde 2016 hasta 2022, 49 películas nacionales fueron galardonadas en festivales locales, internacionales y en premios dedicados a resaltar lo mejor del llamado séptimo arte.
Durante los siete días de abril de este año desfilaron actores como Pepe Sierra, Judith Rodríguez, Evelyna Rodríguez, Marianne Cruz, Danilo Reynoso, Manuel Raposo, entre otros, por la pantalla grande de Fine Arts, ubicado en Novo Centro.
¿Cuáles películas vimos?
La Bachata de Biónico, Cucú, A simple vista, El día de la tormenta, Pepe, El silencio de Marcos Tremmer, y La güira y la tambora.
Nos faltó Olivia y las nubes, La libélula, Pico Duarte y Sugar Island, que, por falta de tiempo, tuvimos que dejar pasar y esperar sus estrenos en cines comerciales a lo largo del 2025.
Iniciemos con la película de apertura: La Bachata de Biónico. (La mejor película en lo que va del año 2025).
Es un universo ficticio de dos drogos encarnados por Manuel Raposo y El Napo, dirigidos por Yoel Morales y escritos por Cristian Mojica, de una subcultura marginal que es latente en los barrios populosos del país.
Cucú, de la dupla cinematográfica Evelyna Rodríguez y Danilo Reynoso. Fue grabada en Colombia, para sumergir al espectador en una atmósfera densa, carga de emociones donde cada detalle visual y sonoro contribuye a construir una experiencia a través de sus tres protagonistas, junto a Marlon Moreno. Me encantó esa apuesta arriesgada, mis aplausos.
La güira y la tambora, de Adrian Pucheu. Una animada, divertida y de romance Wattpad plasmado en la pantalla grande de un grupo de aficionados del merengue y la descendiente de una familia de otra clase social.
Me agradó ver la unión entre la profesión (que buscan competir y hacer una carrera como un conjunto de merengue) y encontrar el amor verdadero, esa sinergia que cae bien, y que ojalá la Dirección General de Cine, la Cinemateca Nacional o Rueda Cine se animen de llevar a cada rincón del país.
A simple vista, un documental contado por migrantes dominicanos en España. Pudo ser menos entrevistas, y más profundidad para que no estén basadas todas en los mismos temas: migración, dificultad de estar lejos de la familia, obtener un estatus legal, emprender o ejercer. Tiene potencial para ser una serie televisiva.
Ojalá, Marianne Cruz, decida seguir contando esas historias de dominicanos en países como Rusia, Canadá, Finlandia, Suiza, “esos no tradicionales”.
El día de la tormenta, una narrativa sobre las historias de las brujas en República Dominicana. Una combinación entre leyendas, documental, campo y muertes maternas. De narrativa lenta, que aboga mucho por los silencios y las actuaciones.
El silencio de Marcos Tremmer: la definiré en una película que busca ser agridulce, sin ser con final feliz o triste, solo con un final. Entró oficialmente al club de las pocas películas que me han hecho llorar en el cine. Aborda las decisiones de las personas ante las enfermedades y el tener su círculo de apoyo.
Pepe, el largometraje de clausura. Dirigido por Nelson Carlo de los Santos. Una película alterna sobre los hipopótamos colombianos, extrañamente rara, con un viaje que se debate entre lo fascinante, lo frustrante, lo inquietante, lo animado, las onomatopeyas, y un cine sensorial.
Lo no tan bueno
El festival es una oda al cine dominicano. Por esta celebración han pasado películas como Seropositivo, Insular, Boca Chica, Coma profundo, La Cigüeña, Aquí estamos, por ejemplo.
Lo no tan bueno de esta edición es el cúmulo de producciones y las escasas funciones en diferentes horarios, que dificultan que el público tenga ese acceso pleno a las funciones del festival.
Los precios. Cada boleta costó RD$375 por persona, excepto el martes, que fue de RD$200 por el especial que siempre está en los cines de Caribbean Cinemas.
Quizás crear mecanismos para atraer el público e ir acompañado de amigos, parejas, familias, conocidos, por los precios. Por ejemplo: si van dos amigos comprarán boletas por RD$375, y dos combos regulares de chucherías de RD$350, para un total de RD$1,450 de gasto por persona.
Si vendemos la boleta a su precio regular (RD$375) y se realiza un descuento de RD$100 o RD$150 en el combo, motiva a las personas a ver el cine y el festival como un lugar para apoyar el séptimo arte.
Quizás haya más formas, más maneras, más ideas, para atraer al dominicano al festival y que sean los replicadores de lo bueno, de la calidad, de la diversificación del cine nacional.
Desde Cine Cultura siempre abogamos a que conviertas el séptimo arte como una forma de ocio, de cultura, y, a la vez, apoyar el talento local, que, gracias a la Ley de Cine ha permitido el estreno de más de 200 películas durante la última década.
Cuéntanos, ¿Cuál viste? y ¿Cuál fue tu favorita?