Santo Domingo. Dicen que entre la vida y la muerte existe una línea muy delgada y pues, me considero una persona muy fanática de las series que, de alguna manera u otra, contienen tramas como estas. Tal es el caso de la serie australiana Glitch.
Desde que comencé a verla me atrapó. Creada por el productor australiano Tony Ayres y dirigida por la directora de televisión australiana, Emma Freeman, la creación consta de tres temporadas de seis episodios cada uno y la pueden ver en la plataforma de Netflix.
Entrando un poco en materia, este drama de televisión narra la historia y la razón fundamental de por qué más de siete personas resucitaron en un cementerio ubicado en la ciudad ficticia de Yoorana en Australia.
El término «glitch» es de origen inglés y se refiere a un fenómeno paranormal donde personas resucitan de la muerte, pero no recuerdan su identidad o pasado.
No quiero hacer muchos spoilers para que puedan disfrutarla. Dentro de ese grupo de resucitados, se encuentran: Ned Dennehy, que interpreta a Patrick Michael Fitzgerald quien protagonizó a un alcalde de esa ciudad y resucitó después de transcurrir 151 años de su muerte.
Hanna Monson actúa como Kirstie Darrow y destaco su papel porque su muerte fue muy fuerte, es decir, fue violada y asesinada a los 19 años. Por esto, cuando regresó a la vida con la misma edad quizo hacer justicia frente a su verdugo.
Esas son algunas historias de los personajes que más me impactaron para no mencionar todos, porque son muchos. Un punto en común que tiene este grupo de resucitados es que sus muertes fueron violentas y por eso, tienen sed de justicia aunque a medida que avanza la trama, ese objetivo se va desvaneciendo.
Ahora bien, la gran interrogante es: ¿cómo regresaron de la muerte? Años atrás, la doctora Elishia McKeller, socia fundadora de la Corporación Noregard Pharmaceuticals, quien también había resucitado volvió a Yoorana, con el fin de continuar con sus experimentos asociados con células madre y regeneración de órganos.
Convergencia de la religión, la fe y la ciencia
Aunque me quedé con algunas dudas sobre la trama, sí me quedó algo bien claro y que es una realidad es que: todo ser humano nace, crece, se reproduce y muere, de lo contrario, esto rompería con las leyes de la naturaleza y generaría un caos.
También la propuesta televisiva hace alusión a la religión, la fe cristiana y la armonía entre el ser humano y la naturaleza, lo que le da a las historias un sentido más humano sobre la interpretación de qué sucede cuando una persona perece. Además, este enfoque complementa lo dicho por James Hayes, uno de los actores principales de la serie.
«En mi fin está mi principio…No cesaremos de explorar y el fin de toda nuestra exploración será llegar al punto de partida y conocer el lugar por primera vez».