Hace unas semanas tuve la oportunidad de ver la película venezolana Simón, una película que, si bien narra la historia de una situación de un país en específico, cualquier persona del mundo, sobre todos aquellos que tienen que migrar por asuntos políticos, se pueden sentir identificados. Además, la cinta está dirigida de una manera que, no hay forma de que no empatices con la situación.
La cinta nos cuenta la historia de Simón (la representación de miles de venezolanos), un joven que tuvo que migrar a Estados Unidos, específicamente a Miami para salvar su vida, ya que en Venezuela era el cabecilla de un grupo de estudiantes que protestaba en contra el Gobierno y que se debate entre pedir asilo, aunque esto implique no volver jamás a su país, o volver a Venezuela a continuar una lucha, que ya le ha arrebatado cosas importantes y que no sabe a ciencia cierta si podrá ganar o que tanto vale la pena.
La película arranca con Simón en Miami, aquí vemos como trata de sobrevivir con lo poco que gana en un restaurante cuando decide solicitar asilo, ahí es cuando se entera que si obtiene el asilo nunca podrá volver a su país, pero, además, Simón debe explicar cuales son las razones por las que le deberían dar asilo, es así como a través de flash back empezamos a conocer su historia.
Simón es un joven que entiende que son ellos, los jóvenes de su país lo que deben luchar por el cambio, es así como él, su amigo Cucho y un grupo de estudiantes universitarios realizan reuniones y van a la calle para ser escuchados, pero las protestas son fuertes y la policía los frena y los lastimas, porque mientras ellos van con pancartas y consignas son recibidos con gases lacrimógenos, golpes y en algunos casos balas.
Pero esa es solo una parte de los que viven estos jóvenes, la peor fue la que vivió Simón junto a Chucho, y lo que según nos cuenta la película vivieron muchos venezolanos, y es que lo que vemos en esta cinta son experiencias de algunos venezolanos, según explicó su director Diego Vicentini, que lograron sobrevivir a la tortura física y mental que fueron sometidos por protestar.
En sentido general, la película rinde un homenaje a las víctimas de las protestas de registradas entre el 2014 y el 2017 en Venezuela, explorando temas como el trauma, la culpa y la difícil decisión de quedarse en el exilio, sintiendo que has defraudado a los que confiaron en ti, tus ideales y a tu propio país, o regresar a enfrentar la difícil situación que enfrentabas allí.
Datos interesantes de la cinta
De acuerdo al diario VOA, la historia del joven estudiante, interpretado maravillosamente por el actor Christian McCaffrey, no estuvo pensada inicialmente para ser una película, sino un cortometraje que se estrenó en 2019 y recibió tantas buenas críticas que su director se replanteó la idea de llevarla a la pantalla grande.
Simón se filmó en la ciudad de Miami en 2021, en medio de la pandemia del COVID-19 y contó con la participación de otros actores como Roberto Jaramillo, Franklin Virgüez, Pedro Pablo Porras, José Ramón Barreto, Prakriti Maduro y Arianne Girón. Además de un equipo técnico en su mayoría de Venezuela.
“Simón tuvo su debut en el Festival de Cine de Florida y el Dallas International Film Festival, donde obtuvo el premio de la audiencia en la categoría de mejor película internacional. Mientras que, en el Festival del Cine Venezolano de Mérida, alcanzó su máximo reconocimiento, llevándose a casa múltiples premios, incluyendo Mejor Película, Director, Guion, Fotografía, Edición y Actor de Reparto.
Además, fue elegida como la candidata para representar a Venezuela en los Premios Goya, uno de los galardones de cine en español más importantes del mundo, así como también fue la obra seleccionada para representar al país en el New York Latino Film Festival.