Desde hace 2 años sigo muy pendiente a la Dirección
General de Cine (DGCine) y a la Cinemateca Dominicana a través de las redes
sociales y plataformas digitales. Las veces que quería asistir eran a sus
proyecciones en el Jardín Botánico o me chocaban con una actividad ya pautada.
Pero ayer me animé.
Querido lector,
Aplaudo su iniciativa de proyectar cada sábado a
las 4:00 de la tarde una producción cinematográfica. La mayoría de las veces es
una película que resalta el talento dominicano, sin embargo, en esta ocasión
nos tocó disfrutar “Nunca volverá a nevar”, un filme polaco de casi 2 horas de
duración.
La sinopsis es clara: Mientras trabaja como
masajista en una comunidad cerrada en Polonia, Zhenia, un inmigrante de habla
rusa del este inesperadamente
crea seguidores de culto.
Zhenia entra en la vida de un par de ricos que
viven en una comunidad cerrada. Pero ellos tienen una tristeza profunda,
arraigada en el corazón y con verdades ocultas. El protagonista les hace creer
a sus pacientes que es capaz de curar sus almas y encontrar el sentido de sus
vidas.
Comencemos por el inicio, ¿no?
Zhenia lleva una vida monótona. Desayuna y se
traslada al barrio para ejercer como masajista. Él es ucraniano, de un pueblo
llamado Priat, donde sus clientes los llaman: el radioactivo. Él tiene
habilidades y dice provocar hipnosis.
Cada escena inicia igual: con Zhenia tocando el
timbre de las casas. Son varios clientes, desde la ama de casa y esposa
alcohólica, el padre enfermo de cáncer, el exmilitar con traumas de guerra, y
la madre e hijo experto en química, la amante de perros. Estos 5 personajes
muestran una tristeza oculta que solo muestran los secretos a voces de ser
millonarios en Polonia.
Las sesiones de masajes terminan en conversaciones
sin un hilo conductor específico, otras en hipnosis que lleva a los personajes
a un bosque que combina la realidad con la ficción. Es una producción
cinematográfica de desarrollo lento, para llegar al clímax pasa casi 1 hora
para ofrecer al lector una perspectiva.
Pero lo que es cierto es que es una película
misteriosa que muestra una explosión de sentimientos y realidades durante los
últimos 5 minutos. Éramos unas 10 personas que, luego de terminar la
película, intercambiamos nuestras opiniones sobre qué nos pareció el
audiovisual.
Querido cinéfilo, todos concordamos en la
excelencia fotográfica de los directores, en cómo en los primeros minutos
muestran escenas coloridas, llamativas y ánimos alegres, pero mediante van
ocurriendo las escenas va transformando a colores tenues, sombríos y
claroscuros.
No nos quedó claro en qué estaba “metido” el protagonista, ya que el final muestra su
desaparición luego de una obra de teatro y como 2 hombres lo buscan como
personaje sospechoso. Será un secreto a voces, pero desde Cine Cultura
nos gustó la experiencia.
¿Volveremos? Claro que sí y animamos a nuestros
lectores, cinéfilos o simple mortal a asistir con tu abuela, padres o
amistades. Y también solos, a veces conocemos personas en esas desconexiones,
recuerde desconectar para conectar.
Aplaudimos a la DGCine y la Cinemateca por estas
proyecciones. Ojalá realicen un sábado de TBS (Throwback Saturday) y proyectan audiovisuales de más de 5 u 8
años de estrenarse como Un Pasaje de Ida de Agliberto Meléndez, Jaque
Mate de José María Cabral, la trilogía de Tubérculo Gourmet de Archie López, ¿Quién
manda? De Ronni Castillo.
Vale la pena al 100% y que más personas pueden disfrutar del cine de manera gratuita.