Vidas pasadas; un relato de amor platónico en el cine

La producción audiovisual se estrenó en 2023

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Sí, ya pasó la premiación de los Óscar. Sí, estamos tarde, pero queremos dejar plasmado en Cine Cultura nuestra perspectiva de Past Lives o Vidas Pasadas.

La vimos hace unos fines de semana en Fine Arts, Novo Centro. La entrada costó RD$ 375 por persona y la vimos a las 3:45 de la tarde. 

La película de casi dos horas inicia con un corte de menos de 3 minutos sobre los protagonistas conversando en un bar… hasta que nos muestran lo que sucede 24 años atrás en Corea.

La directora Céline Song deja claro muy rápido y en evidencia la trama: ella está enamorada de él, sus padres quieren migrar a Toronto, Canadá, y futuras consecuencias del destino.

Es una película cliché. “Dejando algo atrás, también ganas”, es una frase que marca en todos los aspectos de la vida.  Nora migra para convertirse en la mejor escritora, dejando a un lado y en el pasado su inocente amor por Hae.

Nora lo busca cuando es una aclamada y consolidada escritora con ambiciones y ser codiciosa. Él le responde y rápidamente establecen rutinas para hablar por videollamada, acoplarse a sus horarios y vida profesional y estudiantil.

Nora es la víctima perfecta y tóxica que las personas quieren lejos. Luego de contactarlo, se arrepiente porque quiere  volver a Seúl, sacrificando su vida en New York.

Ella puede tomar un avión transatlántico, verlo y regresar a Estados Unidos. Él no, él es un estudiante que está pujando para hacerse camino como ingeniero, por lo que no puede viajar inmediatamente a verla. 

Ella toma la decisión de alejarse de él y él la acepta.

En ese alejamiento entre ellos, conoce a Arthur, con quien hace clic inmediatamente. Ellos se casan y Arthur es claro: soy tu reemplazo, cuando ve la química, los ojos sonrientes y la conexión que tiene con Hae.

Bella fotografía con tonos agridulces y grises, que sumerge al espectador en un vaivén melancólico, personajes concisos y con objetivos muy palpables, trama y guión con desenlace esperado.

Reconozco que el largometraje brilla por los silencios, los cuales te hablan más que las escuetas frases que emite la protagonista. Nos deja pensando qué es el amor y cuál debemos elegir: el que te llena de vida o el que te brinda estabilidad.

La frialdad de Nora nos recuerda que las conexiones con las personas son únicas y mágicas. Me explico: ella es un balde de agua fría con Arthur, pero con Hae es una llama chispeante.

Sin embargo, ella desde el principio elige a Arthur, una persona que le conviene por estatus social, su posibilidad de instalarse en Estados Unidos y porque sigue sus ambiciones profesionales.

Con el triste o «adecuado» final, nos damos cuenta de las repercusiones que tienen nuestras decisiones y acciones amorosas.

Sí, Nora sufre por ese amor imposible, el que la hacía sentir viva y desear más. Sin embargo, el destino les jugó en contra. Alejarla de ese amor infantil que logró permanecer escondido durante 24 años, pero que no se superó por la falta de agallas de los protagonistas.

Pero, cuéntame,

¿Ya la viste? ¿Te gustó?